Algunos dirán que la falaz belleza creada por la penumbra no es la belleza auténtica. No obstante, como decía anteriormente, nosotros los orientales creamos la belleza haciendo nacer sombras en lugares que en sí mismos son insignificantes.
Junichiro Tanizaki, El elogio de la sombra, Madrid, Siruela, 2010, p. 69.
Me he acercado a El elogio de la sombra de Tanizaki con la esperanza de encontrar el universo de una cultura. Más que eso, la lectura me ha llevado a la sombra, al frío, a lo bello de sus sensaciones. Desde la premisa de que en Occidente nos hemos olvidado de la belleza de la sombra, el autor analiza la importancia de la misma en la cultura y el arte oriental. La sentencia de Natsume Soseki, «el refinamiento es frío», sirve de base. Como el frío, la sombra. Una sombra sin connotaciones negativas, la toma del contraste como valor seguro para la belleza.
Leyendo el ensayo de Tanizaki estos días de sol y luz, de verano infinito, comprendo y ansío también yo la belleza del frío y la sombra. «El refinamiento es frío, y algo sucio», se añade después. Vivo en un lugar donde la sombra y la lluvia son presencias constantes. Sombra y lluvia occidentales, eso sí. He aprendido a apreciar su belleza oscura, a no cegarme con la luz.
Inspiradoras líneas, me gustaron mucho.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias, María. Te recomiendo que leas el ensayo.
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