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viernes, 8 de agosto de 2014

Diario de una lectora (XI): Ana Rossetti y los amantes de Chagall

(Para W., que qué cosas me regala).


Tengo sobre la mesa un regalo muy especial que me han traído de un mercadillo de viejo de Francia, un libro lleno de obras de Chagall. Para mí, el arte de este artista, es sobre todo la importancia del corazón y de la inteligencia subjetiva de quien mira, y la apariencia de lo fantástico como posible a través del ojo del artista.

Las pinturas de Chagall penetran en la vida y en su amor por ella, por los antepasados, los sueños frustrados (como los del soldado que bebe e imagina un mundo maravilloso sobre su mesa). También, y no es baladí, en cuadros como el que acabo de citar, la felicidad extinguida y soñada.

Tal vez haya sido eso lo que me haya llevado a coger otro libro que tengo sobre la mesa, Punto umbrío (1995) de Ana Rossetti. Los poemas que lo componen rompen, en parte, con su trayectoria anterior. Hay en él una evocación de la infancia y la adolescencia, junto a la felicidad que ya no es, como puntos umbríos. Sin embargo, según va avanzando el libro, el hecho de amar a otro como luz sobre las sombras se hace evidente. Este poema lo demuestra:

Qué será ser tú.
Éste es el enigma, la atracción sobrecogedora
de conocer, el irresistible afán de echar el ancla
en ti, de poseerte.
Qué será la perplejidad de ser tú.
Qué, el misterio, la dolencia de ser tú y saber.
Qué, el estupor de ser tú, verdaderamente tú y,
con tus ojos, verme.
Qué será percibir que yo te ame.
Qué será, siendo tú, oírmelo decir.
Qué, entonces, sentir lo que sentirías tú.

En él  late el hecho concreto de amar: la búsqueda esperanzadora de conocer al otro, comprenderlo, vencer a la soledad con la luz mutua. Esa esperanza está ausente en otras composiciones del poemario. Es eso lo que me hace emparentarlo con algunas pinturas de Chagall, en concreto con Les amoreux dans le ciel y Le bouquet de fleurs des amants.







Los amantes de Chagall aparecen en los dos cuadros fundidos en el color azul. Se trata de un ambiente nocturno en el que se reconoce en ellos, como en el poema de Ana Rossetti, la complicidad contra esa noche oscura, el ser otro, los mundos compartidos, la experiencia amorosa como conocimiento y sabiduría.

Punto umbrío probablemente sea el poemario más pesimista de Ana Rossetti, y, a la vez, el más esperanzador. Así veo algunos de los poemas del libro: como los amantes de Chagall iluminados sobre el cuadro. Probablemente, única luz sobre la noche. 

***

Por cierto, suena esto: 

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