(Para W., que qué cosas me regala).
Tengo sobre la mesa un regalo muy especial
que me han traído de un mercadillo de viejo de Francia, un libro lleno de obras
de Chagall. Para mí, el arte de este artista, es sobre todo la importancia del
corazón y de la inteligencia subjetiva de quien mira, y la apariencia de lo
fantástico como posible a través del ojo del artista.
Las pinturas de Chagall penetran en la vida y en su amor por ella, por los antepasados, los sueños frustrados (como los del soldado que bebe e imagina un mundo maravilloso sobre su mesa). También, y no es baladí, en cuadros como el que acabo de citar, la felicidad extinguida y soñada.
Tal vez haya sido eso lo que me haya
llevado a coger otro libro que tengo sobre la mesa, Punto umbrío (1995) de Ana
Rossetti. Los poemas que lo componen rompen, en parte, con su trayectoria
anterior. Hay en él una evocación de la infancia y la adolescencia, junto a la
felicidad que ya no es, como puntos umbríos. Sin embargo, según va avanzando el
libro, el hecho de amar a otro como luz sobre las sombras se hace evidente. Este
poema lo demuestra:
Qué será ser tú.Éste es el enigma, la atracción sobrecogedorade conocer, el irresistible afán de echar el anclaen ti, de poseerte.Qué será la perplejidad de ser tú.Qué, el misterio, la dolencia de ser tú y saber.Qué, el estupor de ser tú, verdaderamente tú y,con tus ojos, verme.Qué será percibir que yo te ame.Qué será, siendo tú, oírmelo decir.Qué, entonces, sentir lo que sentirías tú.
En él
late el hecho concreto de amar: la búsqueda esperanzadora de conocer al
otro, comprenderlo, vencer a la soledad con la luz mutua. Esa esperanza está
ausente en otras composiciones del poemario. Es eso lo que me hace emparentarlo
con algunas pinturas de Chagall, en concreto con Les amoreux dans le ciel y Le
bouquet de fleurs des amants.
Los amantes de Chagall aparecen en los dos
cuadros fundidos en el color azul. Se trata de un ambiente nocturno en el que se
reconoce en ellos, como en el poema de Ana Rossetti, la complicidad contra esa
noche oscura, el ser otro, los mundos compartidos, la experiencia amorosa como
conocimiento y sabiduría.
Punto umbrío probablemente sea el poemario más
pesimista de Ana Rossetti, y, a la vez, el más esperanzador. Así veo algunos de
los poemas del libro: como los amantes de Chagall iluminados sobre el cuadro.
Probablemente, única luz sobre la noche.
***
Por cierto, suena esto:
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