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sábado, 28 de diciembre de 2013

Schubert y Kubrick y la última publicación del año

El nuevo número de la revista El Alambique comienza con un poema mío.



El poema lo escribí durante todo el verano. Esas largas tardes también tienen que ver con Barry Lyndon y el impacto que provocó en mí la película de Kubrick (que vi, por cierto, en el Aula de cine de la Universidad de Oviedo). Aquí está:




Atardecer Schubert (en la película de Stanley Kubrick)


Mira bien el cuadro vacío de sueños
y el cielo roto de la casa de la locura.

Sobre el lienzo vacila el coraje del héroe,
y la mujer de la palidez infinita se hunde
en la bañera donde está el río de Ofelia
y la soledad de quien perdió la voz
antes de contar su historia.                           

En el salón la vida se ilumina
con la única luz de unas velas.
Quema su antorcha las cartas de la dama,
incendia su destino, muerde su coraje,
encierra su belleza en la tristeza de la pluma
que finalmente dictamina la condena:
la soledad primera detenida
ante la firma definitiva.
A Lady Lyndon
 –mirada en alto,
pelo lleno de nubes–
le cae una lágrima sobre el papel,
y así se escribe el verdadero cuento.

Mira bien el cuadro:
pues más se parece tu destino
a la pluma de la dama
que a las glorias pasadas del héroe. 

4 comentarios:

  1. Exquisito. Todo. Kubrik, Schubert, tú.

    (Te dejo otra cosa bonita:
    http://www.youtube.com/watch?v=91sfrw106xs)

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  2. Es precioso, Raquel.

    Te deseo un buen año feliz.

    Abrazos.

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