Paloma me preguntó también si existe un desván físico, si de verdad vive este lugar en la realidad. Me hizo pensar. Probablemente --le digo yo-- si existiera, sería una de mis habitaciones, alguno de los rincones perdidos de mi casa donde tiro mis libros, mis cuadernos, las cosas que me gustan. Sin embargo, lo más parecido a este desván azul es mi cabeza.
No va apagándose mal este verano, no.
Mil gracias a tí por existir, el orgullo ha sido mío. La luz de tu corazón habla a través de tus escritos, de tus sonrisas y de tus silencios.
ResponderEliminarLa libélula está hecha para tí, porque tu la haces bella.
Paloma Stefanía (tu prima que te adora).