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miércoles, 1 de febrero de 2012

Ha muerto Wislawa Szymborska

La ausencia de la poeta polaca deja un poco más vacío el mundo sin sus palabras. Una voz muy personal que dio, entre otras cosas, testimonio de nuestra cotidianidad, de la alegría y la tristeza del día a día y de las relaciones humanas en su complejidad y no su mera reducción a estereotipos. Todo ello sin perder la confianza en el ser humano.


Cuántos de los que he conocido
(si de verdad los he conocido)
hombres, mujeres
(si esta división sigue vigente),
han atravesado este umbral
(si esto es un umbral),
han cruzado este puente
(si se puede llamar puente).

Cuántos después de una vida más corta o más larga
(si para ellos en eso sigue habiendo alguna diferencia),
buena porque ha empezado,
mala porque ha acabado
(si no prefirieran decirlo al revés),
se han encontrado en la otra orilla
(si se han encontrado
y si la otra orilla existe).

No me es dado saber
cuál fue su destino
(ni siquiera si se trata de un solo destino,
y si es todavía destino).

Todo
(si con esta palabra no lo delimito)
ha terminado para ellos
(si no lo tienen por delante).

Cuántos han saltado del tiempo en marcha
y se pierden a lo lejos con una nostalgia cada vez
mayor.
(si merece la pena creer en perspectivas).

Cuántos
(si la pregunta tiene algún sentido,
si se puede llegar a la suma final
antes de que el que cuenta se cuente a sí mismo)
han caído en el más profundo de los sueños
(si no hay otro más profundo).

Hasta la vista.
Hasta mañana.
Hasta la próxima.
Ya no quieren
(si es que no quieren) repetirlo.
Condenados a un interminable
(si no es otro) silencio.
Ocupados sólo con aquello
(si es sólo con aquello)
a lo que los obliga la ausencia.


"Cálculo elegíaco" (versión de Abel A. Murcia)

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